2 de octubre de 2011

De chiquita lo hice y me acuerdo que me encantaba, nunca fui a una clase sin ganas, amaba deslizar por el suelo mis pies al compás de la música. Motivarme al escuchar cada canción, me sentía viva y libre, amaba bailar, bailaba por el aire y en cualquier lugar. Un día las cosas cambiaron y algunas cosas se tuvieron que terminar.
Me arrepiento mucho de no haber hecho baile durante toda mi vida, es una meta sin cumplir que siempre tendré. 
Cuando bailo me siento feliz, es esa sensación de que sabes que nadie te juzga, porque se que lo hago bien, porque bailando no tengo duda que no hay paso que no me salga, se que todo lo puedo imitar, porque amo bailar, porque lo llevo en la sangre y por mas que no lo practique, soy feliz haciéndolo libremente.
Amo bailar y nunca dudo del poder y la magia que tengo para bailar. Lo llevo en la sangre y es solo mio. Me siento segura bailando porque se que puedo hacerlo tan bien que no me importa que me juzguen.
Cada clase de regaeton, por mas que sea ese tipo de baile, lo disfruto, lo amo, me descarga, me libra de todo, me siento, nose como expresarlo, pero bailar es uno de los motivos que me hace muy feliz, siento los pies en el aire, mi mente se aleja de todo y mi corazón se libra de cualquier pensamiento triste.